miércoles, 18 de septiembre de 2013

Ombligueando el mundo


He aquí mi primera entradita desde el medio del mundo. Llegué, que no es poco, tras más de 24 horas de viaje que se hicieron cortas, se podría decir que llegué volando ;) Salí del avión despacito, despacito para saborear cada paso.

Me fascina el saberme rodeada de volcanes, más de los que había conocido durante toooda mi vida. Me encanta formar parte de la dinámica de la ciudad de Quito, sus cuestas con casas de colores y gente con acento de panela; los supermercados donde sólo hay dos o tres frutas conocidas y el resto se antojan mágicos sabores por descubrir, los zumos de TODO; que al abrir los coches suene a silbido de piropo, las señoras arrugadiiiitas que esperan con sus cestos, oir por todas partes las expresiones que aprendí de "la Carol" y "el Beto", y entenderlas...

Me siento distinta, mi piel guerita, mis rasgos, mi estatura de mociña galega.. al fin y al cabo visto, hablo y hasta miro distinto. En el reflejo de un espejo o un escaparate en la calle me veo como un pegote que chof, rompe la armonía con el pelo azabache, taaaan hermoso. Visto así, por primera vez en la vida soy "La rubia".

Hasta ahora hago buenas migas con los 2.800 metros que me separan del nivel del mar! Pensé que no había sufrido ningún efecto de la falta de oxígeno hasta que intenté leer un cartel y tardé tres pasadas en entenderlo...

Y qué decir de los transportes? qué admiración! Las puertas abiertas, suben y bajan cuestas imposibles, colchonetas en la mitad del vagón, un conductor que dice "sálvese quien pueda por megafonía", los valientes que suben de un salto con el coche en marcha, o con tacones!, gente que entona canciones con radiocassettes a todo volumen, reggaeton de fondo y en el medio de una vorágine de brazos, mochilas y olores, un señor, impasible a los embates del conductor, rellena un crucigrama.

Por muy preparado que se venga, todo sorprende y es como si se fuera niño de nuevo. Por eso creo que son estas pequeñas sorpresas es donde uno aprende a sentirse vivo.

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